Viaje por mi cumpleaños

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Author

FV

Published

May 5, 2024

Hace poco estuve visitando Roma, aprovechando los dĂ­as libres de Semana Santa y regalándome el viaje por mi cumpleaños. No habĂ­a estado antes en ningĂşn lugar de Italia, pero desde antes de planear la visita tenĂ­a la impresiĂłn de que algo sabĂ­a de la ciudad. HabĂ­a visto mapas, fotos de amigos viajeros y bastante material digital de los sitios más emblemáticos de la capital italiana. 

La noche antes del vuelo no dormĂ­ prácticamente nada, pero me levantĂ© de la cama con muy buena energĂ­a para emprender el viaje. 

Llegando a Roma muy temprano, con mucho frío pero con una bienvenida cálida por parte del personal del aeropuerto, buongiorno, avanti, benvenuto, andiamo, allora, prego, grazie mile. Y aún no estaba claro, pero todavía quedaba una hora en tren desde el aeropuerto Leonardo Da Vinci hasta Roma.

Antes del mediodĂ­a estaba en el hotel, cerca del casco histĂłrico, dejando mis tres cosas y saliendo inmediatamente a disfrutar de la ciudad. El clima parecĂ­a insuperable: un sol radiante, 17 grados centĂ­grados, miles de personas caminando por todos lados, en especial por las calles angostas y coloridas. Era una locura y una belleza. 

El clima estaba ideal para caminar, pero las calles estaban desbordadas de gente y no se podĂ­a avanzar con total comodidad. Un mar de gente recorrĂ­a las principales avenidas, la gente hablando a los gritos y fumando con frecuencia. En todo momento parecĂ­a que un auto iba a arrollar a alguien, pero por fortuna no ocurrĂ­a y todos coexistĂ­an en un caos que parecĂ­a normal. 

TenĂ­a hora pautada para visitar el coliseo, pero antes era el momento indicado para ir por un cafĂ©, por una buena pizza o una buena pasta. Los camareros muy habilidosos, podĂ­an entender muy bien castellano, francĂ©s e inglĂ©s, con amabilidad y rapidez tenĂ­an en la mesa lo que el cliente deseara. Por ser dĂ­a de mi cumpleaños querĂ­a comer lo más tradicional que pudiera encontrarme, una pasta increĂ­ble con unas salsas espectaculares, un par de birras Peroni, unas copas de vino tinto y unos postres con helado y sabor a vainilla. Buena comida, buena atenciĂłn y buenos precios, nada podĂ­a estar mejor. 

Se notaba la cara de felicidad de los turistas, sonriendo a carcajadas, brindando por la vida, haciendo fotos por todos lados y apreciando cada detalle de las maravillas de Roma. No faltaban las adversidades de los vendedores, “tenga cuidado, hay carteristas robando a toda hora”. 

La visita al Coliseo Romano, a la Fontana di Trevi, a la BasĂ­lica de San Pedro, a la La Piazza Navona, a la Ciudad del Vaticano, generan emociones impactantes, hacen transportar tu mente a un pasado del que poco sabes. La energĂ­a que transmite cada lugar es especial. Encuentras a miles de personas leyendo su historia, apreciando el arte, haciendo fotos, pidiendo deseos, rezando y observando cada detalle. Siempre están presentes las personas que te piden que les ayudes con una foto y en ese momento intentas hacer la mejor foto de tu vida, como debe de ser. 

Después de unas horas en Roma, cuando los ojos se acostumbran un poco al contraste del lugar, se comienza a notar el espíritu de trabajo de los locales, el ambiente fiestero por las noches y los lotes de basura en cada esquina. Roma es una ciudad bonita, con espacios bien cuidados, pero también encuentras muchos sitios descuidados, con malos olores y sucios. Es una ciudad de contrastes.

Despedirse de Roma genera un momento de nostalgia, también de agradecimiento por haber podido materializar el viaje. Me quedo con los colores y los sabores de una ciudad cálida e impresionante, finalmente quedaba por disfrutar de uno de los aeropuertos más bonitos del mundo. El Aeropuerto Leonardo da Vinci que es también una obra de arte.

DespuĂ©s del viaje y ya en casa, he sentido como si hubiese estado en Roma desde hace mucho tiempo, tal vez parte de la imaginaciĂłn, pero me queda la idea que antes habĂ­a estado ahĂ­. Cuando he viajado siempre me pregunto: ÂżvivirĂ­a en este lugar? Esta vez dirĂ­a que no.  

Sin más. Volveré, Roma.

Happy Birthday to me!